Redacción Buga
El Periódico
A la espera de celebrar sus 69 años de edad el próximo 26 de octubre, falleció en Cali, el reconocido docente Gerardo Rivera Roballo.
El Licenciado en Sociales y Filosofía, presentó un infarto cardiaco el 7 de Marzo del presente año, sin que él notara este problema de salud, pues desde tempranas horas hacia las 6 en la mañana salió como de costumbre de su casa ubicada en la calle 8 sur No. 7-56 del barrio el Albergue, a las actividades propias de la casa; al regreso sintió dolor en el pecho, lo cual no le prestó mayor atención, pero llegada la tarde sintió un dolor más fuerte que le obligó ir en su moto a la clínica La Merced en busca de atención medica. Estando en la sala de espera con Vicky, una de sus hijas, le manifestó que eso no era nada para preocuparse y que estuvieran tranquilos, pero la malicia indígena de Vicky notó que sus manos palidecían al igual que su rostro y su estado físico declinaba; entonces angustiada solicitó atención de urgencias y allí le encontraron que estaba presentando deficiencia cardiaca. De inmediato le ordenaron una cirugía de corazón abierto, la cual le programaron para el 29 de Mayo en una clínica especializada de Cali; en la fecha mencionada, estando en el quirófano, su corazón se aperezó y no quiso responderle más, dejando un silencio en esta sala de cirugías.
El Licenciado Gerardo Rivera, se desempeño en la docencia durante 43 años ininterrumpidos, dejando sus enseñanzas entre los estudiantes del Liceo de los Andes, Las Marianas y en el Instituto Técnico Comercial Tulio Enrique Tascón, del cual fue cofundador; durante varios años residió en la carrera 10 entre calles 11 y 12 del barrio Santa Bárbara, luego se trasladó al barrio el Albergue.
En el hogar conformado con la señora Doris Zarate, dejó 3 hijos; el docente siemrpe se caracterizó por ser dinámico, emprendedor, recto en su enseñanza, siempre detestó la mediocridad y enfatizaba en que sus estudiantes no podían ser del montón; nunca acolitó la pereza mental en sus educandos, fue estricto y muy rígido en la docencia y a nivel familiar; no tuvo vicio alguno que le afectara la salud como el cigarrillo y el consumo de bebidas alcohólicas. El legado cultural, don de gente, servicial, muy espiritual y de sanas costumbres, son el pilar fundamental para las generaciones de estudiantes que hoy le recuerdan y de hecho agradecen la rigidez con la que impartía las enseñanzas, aquellas que le abren el camino a muchos hoy profesionales.
El trio de misas para orar por el terno descanso de su alma terminó el jueves 4 de Junio en la iglesia el Divino Niño; el sepelio fue acompañado por casa de funerales Los Olivos y su cuerpo fue velado en la sala de la funeraria San Martin del barrio el Albergue.
Sus hijos, esposa, hermanos y demás familiares, agradecen a la comunidad por el acompañamiento y las voces de sentimiento recibidos en los duros momentos de esta soledad familiar.
