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4.12.2010

Por carecer de pruebas quedaron en libertad acusados de masacre en Buga

BUGA - Por considerar que las pruebas que presentó la Fiscalía en contra de los presuntos responsables de un homicidio múltiple registrado hace 14 meses en el corregimiento de Monterrey, no eran lo suficientemente sólidas para responsabilizarlos de esa masacre, un juez de Buga les concedió la libertad incondicional a estas personas.
Como se recordará, en la madrugada del sábado 24 de enero de 2009, mientras dormían, fueron asesinados, Luis Mario Cruz Henao, de 44 años; su esposa, Consuelo Rodríguez Betancurt, de 32 y sus hijos, Luis Mario, de 16; Kelly Johana, de 15 años y Edwin Andrés, de 13 Milagrosamente, un bebé de tan sólo 2 años, se salvó de morir en la acción de los criminales, pues cuando la Fiscalía llegó hasta esa vivienda a practicar la inspección de los cadáveres, la niña, de nombre Verónica, dormía de manera inocente en los brazos inertes de la mujer asesinada.
El hecho se registró en la finca las Delicias, ubicada en la vereda Miravalle, en jurisdicción del corregimiento de Monterrey, a 20 minutos del casco urbano de la Ciudad Señora.
Según las pruebas de balística, los homicidas utilizaron armas blancas y una escopeta calibre 12.
Dos meses después de este hecho, fueron capturados en una panadería de la ciudad de Manizales, como presuntos responsables de esas muertes, José Julián Hernández Salinas, de 30 años, su mujer, Luz Marina Cruz Henao, de 48, hermana de una de las víctimas y su hijo, Andrey Iván Cruz, de 19.

De acuerdo con el sentido del fallo, proferido el miércoles por el juez segundo penal del Circuito de Buga, Darío Osorio, la investigación del caso, “tuvo falencias” desde un principio.
El funcionario indicó que el ente fiscalizador se limitó a presentar indicios sobre la responsabilidad de estas personas, basados en el testimonio de un testigo, los cuales fueron desvirtuados por la defensa.
“El agente especial que conoció inicialmente el caso no aportó ninguna evidencia física, o material probatorio que demostrara que los acusados fueron los autores materiales é intelectuales o copartícipes de este delito”, manifestó el juez, Darío Osorio.
En el mismo sentido se pronunció el abogado de la defensa, Henry García Núñez, quien dijo que “la Fiscalía solamente presentó un testigo que aseveró que los tres procesados presuntamente se encontraban en el sitio de los hechos el día de la masacre”.
Asimismo, el jurista, anotó que los técnicos del CTI de la Fiscalía no aportaron más elementos probatorios al proceso como huellas de pisadas, huellas de vehículos, huellas digitales ni tampoco se hizo una inspección dactiloscópica para establecer si en ese sitio hubo otras personas distintas a las víctimas”.
“Sin duda que este es uno de los crímenes más terribles que se hayan registrado en este Municipio en muchos años”, indicó en su momento el director Seccional de Fiscalías de Buga, Miguel Ángel Libreros Aponte.
Según el Coronel Nelson Aceros Rangel, Comandante de la Policía Valle, las investigaciones determinaron que el problema entre esas familias se originó a retaliaciones por amenazas proferidas durante unas fiestas patronales que se realizaron meses atrás en el corregimiento de Monterrey, en donde el jefe del hogar asesinado, había tenido una pelea con uno de los homicidas, quien de acuerdo con el Coronel Aceros, “realizaba actividades ilícitas en la venta y distribución de estupefacientes en el barrio Alto bonito de Buga.

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