GUACARÍ - En un lamentable accidente ocurrido el día miércoles 18 de mayo de 2011, en la carrera 6 con calle 10 del barrio La Esperanza, hacia las 4:30 de la tarde, falleció un menor de tres años.Según el padre del niño Luís Francisco Sánchez, su hijo se encontraba en una habitación jugando sobre una cama con otros niños, cuando pidió permiso para ir a jugar con una pelota, después de unos minutos la pelota cayó desde el segundo piso donde se divertía el niño a la calle, de inmediato el niño salió para la calle a recoger el objeto, pero en su inmensa inocencia y con su mente fija en recuperar su juguete, no se fijó en nada y no vio que un pesado tractor se desplazaba por la calle; el cual lo arrolló golpeándole la cabeza y dejándolo inconsciente en el pavimento sobre un charco de sangre. Según la información, el tractorista no se detuvo y prosiguió su marcha hasta llegar a un parqueadero donde guardó la maquina, mientras tanto el padre de Cristian David Sánchez Cuenu, como fue identificado el menor, lo alzó del piso y lo trasladó de inmediato al Hospital San Roque de Guacarí, donde los médicos de turno trataron por todos los medios de salvarle la vida, pero todo fue inútil, puesto que el golpe recibido en la cabeza, había provocado un trauma cráneo encefálico severo que no permitió preservarle la vida al niño.
La madre de Cristhian, Martha Inés Cuenu, visiblemente consternada y su hermanito de cinco años, esperaron a que el cuerpo fuera trasladado el jueves 19 de mayo en horas de la mañana desde Medicina Legal en Buga, hasta las instalaciones de la Funeraria Bueno de Guacarí, donde se llevó a cabo el velorio del niño hasta ayer viernes 20 de mayo, que se llevaron a cabo sus honras fúnebres en horas de la tarde.
Se presume que el tractorista no se detuvo en el sitio, tal vez procurando salvaguardar su vida, puesto que en estos casos, padres ofuscados han llegado a agredir hasta causarle la muerte a quien conducía el vehículo que arrolló a un ser querido. El hombre luego presentó los documentos que se encontraban en regla y suministró el seguro a los familiares para que cubrieran todos los gastos generados por el percance sucedido. Al momento del siniestro, el obrero regresaba de una jornada de labor y se dirigía a descansar a su vivienda.
