Redacción Buga
El Periódico
Con visibles marcas de tortura, atado de pies y manos y con un torniquete en el cuello, fue hallado el cadáver de un joven en horas de la noche de día lunes 15 de julio de 2013.
El macabro hallazgo se produjo en la oreja de retorno frente a la hacienda San José Garcés, a la altura de la doble calzada en la Avenida del Milagroso, hacia las diez de la noche.
El cadáver permaneció en las instalaciones de medicina legal para su identificación, hasta el día martes cuando personas procedentes del municipio de Tuluá que tenían un familiar desaparecido, se hicieron presentes y lo identificaron como Marlon Irley Pérez Flores, de 20 años.
Según sus allegados, éste habría desaparecido el pasado lunes de su residencia ubicada en el barrio Santa Rita del río en Tuluá. “El salió en la mañana del lunes muy temprano, dijo que iba a salir a un trabajo que tenía que hacer una cotización, pero a las cinco de la tarde ya nos preocupamos porque no había regresado, al otro día me di cuenta que en la morgue de Buga había un cuerpo con características similares a las de mi hijo; unos familiares fueron hasta allá y lo identificaron”, así lo manifestó la madre de la víctima, quien además dijo que no conocía amenazas en contra de su hijo; “mi niño era muy sano, no supe que tuviera problemas con nadie”.
Marlon trabajaba en construcción junto a su padre, además vivía en el barrio San-ta Rita del Río con su esposa y su pequeña hija; “él era un hombre muy trabajador, cariñoso y juicioso, un muchacho dedicado a su hogar, excelente hijo y her-mano”, así lo recordaron varios de sus familiares.
