Dos jóvenes mueren en accidente en la doble calzada

Juan David González Gutiérrez

Redacción
Bugalagrande
El Periódico

Lo que sería un rato de esparcimiento para dos jóvenes amigos del municipio de Bugalagrande, terminó en tragedia y en dolor para dos familias de esa población del centro del departamento.
El accidente de tránsito en el que perdieron la vida, Juan David González Gutiérrez, de 19 años y Erick Duván Tamayo Torres, de 16, se registró en la vía que comunica los municipios de Bugalagrande y Andalucía.
Según el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Andalucía que atendió la emergencia, el percance se produjo el pasado domingo hacia las 9:30 p.m. a la altura del motel Cielo Azul.
Al parecer, los jóvenes, que se movilizaban en una motocicleta Honda BIZ de matrícula XYR-68A, perdieron el control del pequeño vehículo y se estrellaron contra un poste ubicado a un lado de esa vía.

Erick Duván Tamayo Torres

Sin embargo, María Liliana Torres Gaviria, madre de una de las víctimas, dijo que la versión que tiene de los hechos es que los muchachos fueron perseguidos por dos individuos que se desplazaban en una motocicleta Yamaha RX-115, al parecer para atracarlos, lo que habría causado el accidente.
En el lugar de los hechos falleció de manera instantánea, como consecuencia de un trauma craneoencefálico severo, Erick Duván Tamayo, un estudiante de once grado y quien se perfilaba como una promesa del fútbol profesional.
Seis horas después, en la clínica Maríangel, en Tuluá, dejó de existir Juan David González, un estudiante de ingeniería de sistemas de Univalle, como consecuencia de un trauma cerrado de tórax por el impacto que sufrió al estrellarse contra el poste.
Las autoridades investigan el hecho para esclarecer las verdaderas causas del percance.
Una efusiva y dolorosa despedida le dieron los familiares  y amigos a Erick Duván Tamayo Torres, de 16 años, el día miércoles en horas de la tarde cuando era trasladado hasta su última morada en el cementerio local del municipio de Bugalagrande.
En el largo desfile que conducía hasta el campo santo, se confundía el llanto con la euforia, los cánticos con los Tambores, mientras lentamente se acercaban  cada vez más al sitio donde dejaron reposar en paz a quien por siempre, como lo manifestaron todos, se distinguió por ser un gran hijo y buen amigo que para ellos no ha muerto y sigue vivo en sus recuerdos y corazones.