Redacción Palmira
El Periódico
El infortunado de esta historia fue identificado por sus familiares y por las autoridades como Javier Vallejo, de 50 años de edad, residente en el barrio San Pedro de la comuna cinco de “La Villa de las Palmas”. Hacía solo unos tres meses que había tomado en propiedad y administración un establecimiento abierto al público ubicado en la calle 32A con carrera 19 del barrio Uribe Uribe.
Según se conoció, Vallejo se encargaba personalmente de la atención de su negocio, el pasado jueves a altas horas de la noche llegó a su residencia en el barrio San Pedro, saludó a su esposa y en un breve cruce de palabras dejó un maletín con ciertos documentos, la moto en que normalmente se movilizaba, las llaves de las misma y salió como si nada, como era ya costumbre desde hace unos meses; sin embargo, esa noche no regresó a casa.
El día viernes las puertas del establecimiento comercial no se abrieron. Para sus clientes frecuentes fue una sorpresa, pero nadie sospechaba que algo nefasto ocurría, ni siquiera su esposa; fue solo hasta el sábado en horas de la mañana, que preocupada al no tener noticias de su compañero permanente, decidió ir a buscarlo.
Al interior del lugar donde funcionaba hace unos meses un lugar de encuentro para departir unos tragos con los amigos y disputar unos juegos de rana, se hallaba una cuerda que descolgaba desde lo alto de la reja de seguridad, uno de los extremos de la misma estaba atada alrededor del cuello de Vallejo, una cuneta estaba tirada a un lado de su cuerpo, en una mesa habían botellas de cerveza vacías; el cuerpo al parecer hacía varias horas se encontraba suspendido, con las piernas flexionadas, y en una de sus manos una botella vacía, pero que había contenido un licor embriagante, el mismo que tal vez, le diera el valor de haberse quitado la vida.
Para su esposa, familiares y amigos cercanos, la decisión de Javier Vallejo, los ha dejado con un inmenso dolor en el alma, sólo el consuelo entre abrazos de afecto y miradas de tristeza les queda para pedirle al Creador que les dé la fortaleza necesaria para soportar la ausencia de quien ocupará a través de los años, un lugar memorable en sus corazones.
Las autoridades hicieron presencia en la calle 32A con carrera 19, para controlar un poco la situación e indagar lo necesario para establecer las posibles causas del deceso; sin embargo, el Cuerpo Técnico de Investigación CTI, solo llego hasta las doce del mediodía, para realizar el levantamiento del cuerpo e inspeccionar la escena del suicido.
