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Héctor Jaime Montoya Montoya |
Redacción Caicedonia
El Periódico
El dolor para dos familias caicedonitas sufrido por la desaparición de sus familiares desde hacía doce y once años, llegó a su fin esta semana con la entrega de sus despojos mortales.
El primer caso se presentó el 26 de noviembre del año 2000, con la misteriosa desaparición de Héctor Jaime Montoya Montoya, que para esa época contaba con 33 años, y que ese día salió de su residencia para nunca más volver con vida, dejando a su esposa y una pareja de hijos menores de edad: Darío que ya cuenta con 15 años, y Katherine que completo sus 19 años, a quienes les tocó afrontar la mayor parte de sus vidas sin su padre.
Marleny Henao Herrera, esposa del desaparecido, narró que desde ese mismo día cuando Montoya no llegó a casa, iniciaron su búsqueda e instauraron la denuncia correspondiente ante las autoridades sobre el hecho en el municipio.
El otro caso fue el del soldado profesional Alexander Galeano Contreras, natural de Sevilla, que el día de su desaparición contaba con sólo 24 años; según una hermana del uniformado, éste se encontraba de licencia y disfrutando de unos días de descanso, pero el 27 de octubre del año 2001 recibió una llamada donde le avisaron que ya podía ir a firmar la nómina para recibir su pago mensual y desde ese día el joven desapreció sin que nadie volviera a saber nada de él, dejando a sus tres hermanas, padres y a su novia que ya contaba con tres meses de embarazo, situación está que para todos resultaba muy extraña puesto que Galeano era un joven muy apegado su familia, por lo cual también sus allegados iniciaron los trámites ante las autoridades locales denunciando la anomalía.
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Alexander Galeano Contreras |
Después de varios años de ocurrida la desaparición de los dos hombres y de la incansable búsqueda por parte de su familiares que no desfallecieron nunca en el intento por esclarecer la ubicación y la verdad de lo que había pasado con sus allegados, se enteraron del programa de justicia y paz al cual se integraron para seguir el difícil camino que les esperaba, pues no fue sino hasta el mes de febrero de este año que los grupos al margen de la ley que sabían la verdad de los hechos dieron a conocer que los dos hombres habían sido asesinados y sepultados en las afueras del municipio.
La osamenta de Alexander fue encontrada el 17 de febrero en predios de una finca en la vereda Samaria; al día siguiente 18 de febrero, en la entrada a la vereda La Rivera se halló sepultado el cadáver de Montoya.
Los despojos fueron trasladas hacia medicina legal a la capital del Valle, donde después de un proceso de casi diez meses que mantuvo en vilo a los allegados de estos dos hombres, pues científicamente no se habían comprobado las identidades, la larga espera terminó para los Galeano el pasado miércoles 26 de noviembre cuando oficialmente en una ceremonia les fueron entregados los restos del uniformado; y para la familia de Jaime Montoya este viernes, cuando también en una ceremonia les fueron entregados sus despojos.
“En parte es un descanso el haber podido encontrar a nuestros familiares, porque pudimos esclarecer todo lo que había sucedido con ellos y darles por fin una cristiana sepultura, pero ahora nos acompañará hasta el fin de nuestros días el dolor y la tristeza de saber que fueron asesinados y dejados abandonados en esos lugares”, expresaron los familiares.