La Hermana Magda Augustín padece una gran angustia e incertidumbre, desde hace tres días, por la suerte de sus familiares en Haití

Redacción Buga
El Periódico
Ella labora desde hace seis meses en el Centro de Bienestar del Anciano de Buga.
La hermana Magda, quien pertenece a la comunidad de las Hermanas Terciarias Capuchinas en Colombia, no deja de pensar un sólo momento en la suerte que hayan corrido en Puerto Príncipe tres de sus cuatro hermanos y dos sobrinos que viven en esa capital.
"Todos los intentos que he hecho a través de la Internet para comunicarme con ellos, han sido en vano", indicó la religiosa sin ocultar una sensación de angustia y de dolor que se marcan en su rostro.
La hermana Magda dijo que el drama que ella vive en estos momentos es muy "crítico" pues se enfrenta ante una situación de impotencia pues desde Colombia, en donde vive desde hace cinco años, es muy poco lo que pude hacer por sus familiares.
"Afortunadamente no estamos solos, pues gracias a Dios contamos con la solidaridad de los colombianos, del Gobierno y de los medios de comunicación", indicó la religiosa.
En la misma situación se encuentran en Tuluá, las religiosas, que laboran en el Colegio Nazareth y en el Orfanato de la Sagrada Familia, Natacha Noncent y Nelta Monfilston.
"La mamá y los hermanos de Natacha viven en Puerto Príncipe y ella tampoco se ha podido comunicar con ellos, indicó la hermana Magda, quien agregó en tono resignado, "que hay que aceptar la voluntad de Dios" para enfrentar esa realidad.
De la misma comunidad de las Hermanas Terciarias Capuchinas, hacen parte, las hermanas haitianas, Emmanie Florvil, en Cali y Marie Judith Fantaisy, en Montería.
Por su parte, el rector de la Basílica del Señor de los Milagros de Buga, padre Noe Londoño, dijo que cinco jóvenes oriundos de ese país, de la comunidad Redentorista, estudian Teología en Bogotá.
"Ellos se fueron a pasar la Navidad con sus familiares y no han regresado, desconocemos qué haya pasado con ellos", manifestó el sacerdote.