En Buga se vivencia el llamado “paseo de la muerte”

Redacción Buga
El Periódico

Un caso aún sin explicaciones valederas tiene en vilo y aungustiada una familia en Guadalajara de Buga.
El caso se vivenció desde el pasado martes 15 de octubre, cuando hacia las 7:00 de la noche una fuerte fiebre se apoderó del sistema de salud de la joven Martha Johana Gañan Betancourt, de tan solo 17 años de edad; su progenitora María Aurora Gañan Betancourt, le aplicó paños de agua a fin de controlarle la fiebre, logrando reducirla. Luego al miércoles siguiente a las 4:00 de la mañana aproximadamente, la bañó para que estuviera lista si se requería ir al médico y hacia las 6:00 de la mañana volvió a recaer, por lo que una vecina se ofreció acompañar a la menor al Hospital Divino Niño donde le brindaron atención médica; pero la situación empezó a complicarse para la paciente y sus familiares, ya que  promediando las 11:00 de la mañana del mismo día, la señora María Omaira recibió una llamada donde le anunciaba su yerno que Martha Johana sería trasladada de inmediato a Tuluá, lo que generó un impacto negativo y de impaciencia.
Llegó a la Clínica María Ángel en la Villa de Céspedes, donde según la señora María, no le diagnosticaban nada que les diera tranquilidad. Por fortuna la joven paciente estuvo con su compañero sentimental, quien detalló que estuvo envuelto en un paseo de la muerte por cuanto de Buga salió para Tuluá y las preocupaciones ahondaban más y más.
En medio del agite, la joven continuaba con fiebre, escalofrío, fuerte dolor de cabeza, malestar en el cuerpo y hasta vómito con sangre presentó. La crisis se agudiza, ya que Martha Johana Gañan estaba en periodo de gestación con 4 meses, lo que al parecer fue un gran riesgo para los médicos que inicialmente la valoraron.
El tiempo transcurría y nada que le daban pronta atención médica a la paciente, quien debilitada por el malestar y el trajín al que la sometieron, perdía notablemente sus fuerzas y con ello arrastraba el bienestar del bebé que llevaba en su vientre.
Hacia las 3:00 de la madrugada del día jueves, Martha Johana se comunica con su Mamá para informarle que de Tuluá la trasladarían de urgencia a Cali; “Mami, me siento muy mal y me van a llevar a otra Clínica en Cali, una enfermera me regaló un minuto de su celular y no me puedo demorar en la línea”, fueron las palabras angustiantes de la joven estudiante del grado decimo del Colegio Académico de Buga, quien no vislumbraba ningún avance positivo  en su estado de salud; “pero no llegaron directamente a Cali”, precisó su compañero sentimental y padre de la criatura que se encontraba en el vientre de la delicada mujer.
La ambulancia en que se transportaban hizo una parada en una Clínica de Palmira Valle y horas después  llegaron al Hospital Departamental  Evaristo García de Cali, donde finalmente dejo de existir en la UCI.
El drama para su señora madre tocó fondo luego que inició la búsqueda de su hija en  los sitios donde inicialmente le informaron que la tenían y no la encontraba, hasta que muchas horas después el yerno le llamó para decirle que se fuera al Departamental de Cali, donde se encontró con un desolador panorama con el cuerpo de su hija amada yerto y en una camilla.
Martha Johana nació el 2 de enero del año 1996 en Concordia Antioquia, era la menor de dos hermanas, la otra se encuentra en Chile.
Su mayor sueño era estudiar Criminalística, lo que no pudo lograr y ni siquiera terminar su estudio secundario en el Colegio Académico de Buga.
“A mi hija le hicieron el paseo de la muerte y quiero que las autoridades investiguen esta situación”, dijo compungida la señora María Aurora Gañan Betancourt.
Lamentablemente en Colombia  la eficiencia en el sistema de salud sólo es para la clase política y dirigente, para los de saco y corbata, para los congresistas, porque para el pueblo ni las migajas llegan porque siempre se manifiesta que no hay los medicamentos, no hay contratación con especialistas, les burlan los derechos consagrados en la Constitución Política de Colombia y, por último, son sometidos a los más duros ultrajes y vejámenes.
“Los hechos que están sucediendo a diario contrastan con la labor propia de los galenos de la salud que omiten o permiten la negligencia en este sector y, como consecuencia de ello, sobreviene la muerte como los colombianos hemos conocido recientemente”.
Inexplicablemente los colombianos no han asumido una postura de reclamación en aras de encontrar respeto frente a estos abusos que a diario se cometen con el tema de la salud y máxime con el régimen subsidiado.