Redacción Buga
El Periódico
Desde la ciudad de Buenaventura fueron trasladados a nuestro municipio los despojos mortales de Abel José Calle Salazar de 48 años, quien fue asesinado en el Puerto del Pacífico el pasado primero de octubre de 2010, a las doce de la media noche, cuando fue solicitado por algunos hombres para prestarles el servicio de taxi para una carrera. Según las versiones recibidas, el hombre se dispuso a llevar a los pasajeros, sin saber que más adelante, estos intentaron atracarlo y hacerse al dinero del producido del día, en una reacción inmediata Abel tomó la decisión de buscar un sitio donde pudieran prestarle ayuda e ingresó a la estación de servicio del barrio La Independencia, donde los hombres al verse acorralados y delatados, decidieron disparar contra el taxista. La víctima quedó dentro del vehículo, un taxi marca Mazda 323, con placas VMV 390 de su propiedad; en el cual conseguía su sustento diario desde hacia dos años, cuando decidió junto a su esposa la señora María Virginia Ospina, con quien había hecho pareja hacía 25 años, residenciarse en esa ciudad en el barrio El Triunfo, pues el trabajo era mejor.
Gravemente herido fue trasladado a un centro medico local, de donde fue remitido a Cali, pero lamentablemente falleció en el trayecto.
Las autoridades investigan el hecho y pronto se podrá dar con los autores materiales del homicidio, pues las cámaras de seguridad de la estación de servicio captaron los rostros de los asesinos, aseguró una fuente a este medio.
Los taxistas de la ciudad no se hicieron esperar, exigieron mediante una gran protesta que paralizó todo el sector del Pinal, vía arterial del puerto, a las autoridades medidas extremas para proteger a este gremio que ya ha puesto muchas vidas en atracos que terminan en homicidios.
Abel deja dos hijos mayores, era nacido en Guacarí - Valle, pero vivió la mayor parte de su vida en la ciudad de Buga, sus padres son Abel José Calle y Ester Sofía Salazar.
Fue sepultado el pasado domingo 3 de octubre después de una misa realizada por el eterno descaso de su alma en la Catedral de Buga.
El Periódico
Desde la ciudad de Buenaventura fueron trasladados a nuestro municipio los despojos mortales de Abel José Calle Salazar de 48 años, quien fue asesinado en el Puerto del Pacífico el pasado primero de octubre de 2010, a las doce de la media noche, cuando fue solicitado por algunos hombres para prestarles el servicio de taxi para una carrera. Según las versiones recibidas, el hombre se dispuso a llevar a los pasajeros, sin saber que más adelante, estos intentaron atracarlo y hacerse al dinero del producido del día, en una reacción inmediata Abel tomó la decisión de buscar un sitio donde pudieran prestarle ayuda e ingresó a la estación de servicio del barrio La Independencia, donde los hombres al verse acorralados y delatados, decidieron disparar contra el taxista. La víctima quedó dentro del vehículo, un taxi marca Mazda 323, con placas VMV 390 de su propiedad; en el cual conseguía su sustento diario desde hacia dos años, cuando decidió junto a su esposa la señora María Virginia Ospina, con quien había hecho pareja hacía 25 años, residenciarse en esa ciudad en el barrio El Triunfo, pues el trabajo era mejor.
Gravemente herido fue trasladado a un centro medico local, de donde fue remitido a Cali, pero lamentablemente falleció en el trayecto.
Las autoridades investigan el hecho y pronto se podrá dar con los autores materiales del homicidio, pues las cámaras de seguridad de la estación de servicio captaron los rostros de los asesinos, aseguró una fuente a este medio.
Los taxistas de la ciudad no se hicieron esperar, exigieron mediante una gran protesta que paralizó todo el sector del Pinal, vía arterial del puerto, a las autoridades medidas extremas para proteger a este gremio que ya ha puesto muchas vidas en atracos que terminan en homicidios.
Abel deja dos hijos mayores, era nacido en Guacarí - Valle, pero vivió la mayor parte de su vida en la ciudad de Buga, sus padres son Abel José Calle y Ester Sofía Salazar.
Fue sepultado el pasado domingo 3 de octubre después de una misa realizada por el eterno descaso de su alma en la Catedral de Buga.