
En el cráneo no se pudo hallar orificio de salida del perdigón, pero si se estableció que el hombre había sido asesinado y que no había fallecido por el golpe contra la piedra, donde casualmente quedó su cabeza, coincidiendo con el tiro recibido, si ya los habitantes de municipio se encontraban consternados por la supuesta muerte accidental de Arístides, la noticia de que había sido asesinado, se convirtió en rabia y repudio hacia quien cometió el ilícito y exigieron a las autoridades una investigación profunda que determine los agresores y causas del hecho lo más pronto posible.
La hipótesis que se maneja como posible móvil, fue que la víctima el día anterior se había ganado el pleno del Bingo y que alguien lo había conducido con engaños hasta ese sitio, que además por información de sus conocidos, se estableció no frecuentaba, para hurtarle el dinero.
Arístides, natural de Florida, había llegado a la unión desde hacía muchos años y entre uno y otro mandado conoció a Nohora Elena Atehortua, una educadora de primaria que lo acogió en el seno de su familia con quien compartió muchas cosas de su vida.
Este personaje de la ciudad era conocido por ser servicial, honrado, virtud con la cual se ganó la confianza de todos, amable y muy respetuoso con lo que se ganó el cariño y el respeto como persona de todos en la comunidad Unionense.
Su sepelio se llevó a cabo el jueves 10 de marzo en horas de la mañana, dejando un muy buen recuerdo en aquellos a quien sirvió lealmente y que nunca lo olvidaran, porque personas como él ya son pocas las que se dan en estas épocas.
La familia atehortua correa se hizo cargo de sus honras fúnebres, quienes agradecen el acompañamiento y lamentan haber perdido a un miembro más de su familia como fue acogido por ellos.
Paz en su tumba.