
Sobre él sólo se pudo establecer que responde al nombre de Carlos Alberto Amaya; el grave accidente se presentó en la noche del miércoles en la vía a La Magdalena, más exactamente en el cruce de ingreso a Monterrey.
De la víctima se pudo establecer que se encontraba viuda, ya que su esposo fue asesinado durante la incursión armada de un grupo al margen de la ley, en hechos que se presentaron el 10 de octubre de 2.001, en La Habana, La Magdalena y Alaska.
Pero para esta valerosa mujer, las balas asesinas del grupo que incursionó la tarde del 10 de octubre no lograron cegar su vida, y fuera un golpe del destino quien le pusiera, 14 años después, en un duro aprieto, llevándola a su última morada.