
Se caracterizó por ser amable, cordial, servicial y de nobles cualidades humanas y personales.
Madre-abuela, tía y bisabuela.
Siempre tuvo una voz de aliento y esperanza para con los demás, siempre exclamó el amor al prójimo y respeto hacia los demás; sus gratas enseñanzas son hoy pilar fundamental para sus herederos familiares. Paz en su tumba.
“Dicen que las alegrías, cuando se comparten, se agrandan.
Y que en cambio, con las penas pasa al revés, se achican.
Tal vez lo que sucede, es que al compartir, lo que se dilata es el corazón.
Y un corazón dilatado está mejor capacitado para gozar de las alegrías
y mejor defendido para que las penas no nos lastimen por dentro.”