Redacción Tuluá
El Periódico
La víctima, de 26 años, quien fue identificada como Arnaldo Hernández Villegas, quien se desempeñaba como ayudante de construcción y se movilizaba por la carrera 26 con calle 23, muy cerca de la Fiscalía, a bordo de una motocicleta Yamaha BWS de color azul y de matrícula XRR-86A, cuando de repente fue atacado a tiros por los desconocidos.
Al infortunado, le propinaron siete disparos, cinco en la cabeza, uno en la espalda y otro en el tórax, los que le produjeron la muerte de manera inmediata.
De acuerdo con las vainillas halladas en la escena del crimen, los sicarios utilizaron armas automáticas de calibre nueve milímetros.
Según las versiones de los testigos, recogidas por las autoridades en el sitio de los hechos, los criminales iban a bordo de un automóvil al parecer Chevrolet Aveo de color blanco quienes después de cometer el atentado emprendieron la fuga sin que hasta el momento hayan sido localizados, o se conozca de su paradero.
Según Arnaldo Hernández, hijo su señor padre era una persona seria, trabajadora y sin problemas y nunca había manifestado alguna preocupación o que estuviera siendo víctima de amenazas.
A su turno, el mayor Yesid Gómez, comandante de la Policía en Tuluá, indicó que los investigadores tratan de unir algunos cabos para aclarar este hecho.
El Periódico
La víctima, de 26 años, quien fue identificada como Arnaldo Hernández Villegas, quien se desempeñaba como ayudante de construcción y se movilizaba por la carrera 26 con calle 23, muy cerca de la Fiscalía, a bordo de una motocicleta Yamaha BWS de color azul y de matrícula XRR-86A, cuando de repente fue atacado a tiros por los desconocidos.
Al infortunado, le propinaron siete disparos, cinco en la cabeza, uno en la espalda y otro en el tórax, los que le produjeron la muerte de manera inmediata.
De acuerdo con las vainillas halladas en la escena del crimen, los sicarios utilizaron armas automáticas de calibre nueve milímetros.
Según las versiones de los testigos, recogidas por las autoridades en el sitio de los hechos, los criminales iban a bordo de un automóvil al parecer Chevrolet Aveo de color blanco quienes después de cometer el atentado emprendieron la fuga sin que hasta el momento hayan sido localizados, o se conozca de su paradero.
Según Arnaldo Hernández, hijo su señor padre era una persona seria, trabajadora y sin problemas y nunca había manifestado alguna preocupación o que estuviera siendo víctima de amenazas.
A su turno, el mayor Yesid Gómez, comandante de la Policía en Tuluá, indicó que los investigadores tratan de unir algunos cabos para aclarar este hecho.