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Los hechos ocurrieron en horas de la mañana del pasado miércoles 27 de abril de 2010, en un lote ubicado al lado norte del Río Guadalajara, que era propiedad de la víctima y donde proyectaba construir una vivienda, para lo cual ya había comprado una gran cantidad de ladrillos.
Los familiares de Pedro no precisaron la causa de la tan lamentable desición de “Perico”, como era conocido, pero si comentaron que desde que por razones de seguridad no había podido obtener el permiso de dicha construcción por la cercanía del lote con el río, esto lo había afectado emocionalmente; al igual que la recomendación que le hiciera el médico de no trabajar más en el río, porque el frío del agua le estaba afectando su salud.
Rojas Perea, de 73 años, natural de esta ciudad, laboraba como arenero y como conductor de volqueta por muchos años, hijo de Marcelo Rojas y Silvina Perea, se encontraba casado con Orfelina López. Su sepelio se llevó a cabo el 28 de abril de 2010, despué de una misa en la Iglesia La Merced, a las 4:00 p.m.