Profesor mató a su madre

Redacción Cerrito
El Periódico

El lunes 11 de octubre los habitantes del barrio las Palmeras del municipio de Palmira en el Valle del Cauca, fueron testigos presenciales de la lamentable historia en la que un hijo acabó con la vida de su señora madre.
Al escuchar los gritos de una mujer que según los vecinos se encontraba en situación de riesgo, procedieron a llamar la policía, los que al momento de llegar al sitio encontraron una macabra escena, donde una mujer totalmente picada con arma contundente, machete, yacía en el piso.
La víctima de este hecho fue identificada como María Doris Riascos Riascos de 53 años de edad, quien se dedicaba a labores del hogar, vivía en unión libre con su nueva pareja; ya que se encontraba separada de su anterior esposo, deja tres hijos, residía en la calle 35 con carrera 2, del barrio las Palmeras.
EL PRIMER INCIDENTE.
Promediaban las 9:15 de la mañana del pasado lunes 11 de octubre, cuando Franklin Deivid Riascos, llegó en una motocicleta de su propiedad y tocó a la puerta de la residencia donde se encontraba su madre, Franklin desde hacía tres días había salido de allí, al parecer por una discusión familiar, al toque de llamada en la puerta, María Doris abrió de manera apresurada, toda vez que desde hacía tres días no veía su hijo, según información oficial, el muchacho se encontraba bajo los efectos de la droga y el alcohol, y de manera violenta le exigió a su madre le diera dinero, pero la mujer argumentando que la plata que tenía estaba destinada para los gastos de la casa, le negó a su hijo la solicitud hecha, esto enfureció al muchacho, quien de inmediato la emprendió contra su madre. Los vecinos que se encontraban a esa hora en la calle y frente a la casa de la escena, presenciaron el inicio de lo que ni siquiera se suponían, terminaría en tragedia familiar.
Los gritos de la indefensa mujer se apoderaron del temor de los vecinos, quienes trataron de romper los vidrios de la ventana, pero no se logró el cometido por auxiliarla.
De repente el llamado a la policía que hicieran con anterioridad los vecinos, permitió la presencia de los uniformados, quienes de un disparo en la chapa de la puerta, lograron abrirla, de un momento a otro, los gritos de la mujer dejaron de retumbar en la humilde vivienda, pero el agresor continuaba ensañado en el cuerpo, entonces la reacción de los uniformados fue dispararle al agresor, quien no escuchaba los llamados de “alto”, “deténgase” que le hacía la policía, los proyectiles que impactaron en el cuerpo de Franklin lo doblegaron y cayó al piso herido, a un lado el cuerpo bañado en sangre de María Doris no registraba signos de vida.
El dictamen médico indicó que las heridas ocasionadas con el arma corto punzante del agresor, le causaron la muerte, desangrándose rápidamente.
Mientras se adelantaban las labores forenses en la escena del crimen del barrio las Palmeras del municipio de Palmira, en la sala de urgencias del Hospital San Vicente de esta localidad recibía atención médica Franklin Deivid Riascos, por la gravedad de las heridas fue necesario trasladarlo a un centro asistencial de alto nivel en Cali, quien a pesar de los esfuerzos de los facultativos por salvarle la vida, falleció horas más tarde.

LA OTRA VÍCTIMA.
De 32 años de edad, Franklin Deivid Riascos quien residía en casa de su familia con su mamá, dos hermanos más y su padrastro, se había desempeñado como profesor de Inglés en un colegio de la Villa de las Palmas, algunas personas allegadas a él, manifestaron que desde hacía un tiempo se había vinculado a una Iglesia Evangélica, a la que había llegado debido a la dependencia tan alta que tenía de consumir alucinógenos y alcohol.
En el barrio solo se escuchaba decir que se le había metido el demonio, pues se caracterizó por ser una persona tranquila, de preferir huirle a los problemas.
Pero ese día, un machete que portaba, fue el que le permitió acabar con la existencia de su señora madre
DOLOR Y LLANTO EN LA FAMILIA.
Mientras los operativos de control y tranquilidad por la policía se adelantaban en la humilde vivienda de María Doris, donde hombres de la Sijín y la Fiscalía practicaban el levantamiento del cuerpo yerto de la ama de casa, oriunda del municipio del Cerrito en el Valle del Cauca, en las calles el panorama no era el mejor, los hermanos de Franklin aterrorizados por el hecho, gritaban y lloraban incansablemente desesperados implorando al dador de la vida, una explicación de por qué su hermano cometió semejante locura.
Los vecinos del barrio las Palmeras consternados no salían del asombro de lo que les tocó presenciar, y más de parte de un docente de Inglés, un hombre de sanas costumbres, de muchas capacidades intelectuales, que se dejó llevar por la ira, las drogas y el alcohol, hasta segar la vida de su madre y con ello arrastrar su destino hasta la tumba, donde estará acompañando a la mujer que le dio la vida.
Entre tanto, en el Cerrito, de donde era oriunda María Doris y había residido últimamente con su familia, siguen sin comprender que demonio se le metió a este muchacho, a quien desde niño, vieron jugar y correr descalzo por las calles de este poblado.