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6.12.2012

Se nos fue la parienta Obdulia


Redacción Bugalagrande
El Periódico

El pasado 6 de junio, a los 94 años de edad  entregó su alma al creador nuestra paisana Obdulia Tamayo Carvajal. Las siguientes palabras son a su memoria   
“La música, las fotos, los libros, los chistes, la ropa, la guitarra, etc. etc. los cuidamos porque son importantes para nuestra vida; porque traen recuerdos; porque nos identifican; porque nos son útiles. Algunos los hemos conseguido por nuestra cuenta o los hemos hecho, o nos los han regalado; otros los hemos heredado de familiares y amigos”. 
Estas cosas y los recuerdos, las ideas y los conocimientos ligados a ellas hacen parte de nuestro patrimonio personal. 
Pensemos ahora en la casa, en los muebles, las plantas, las ollas, las fotos de familia, también en la receta de la abuela que tanto nos gusta. Estas cosas le pertenecen a toda la familia, todos las usan, las cuidan, las disfrutan y las comparten. Hacen parte del patrimonio familiar. 
Cuando sumamos  estos dos patrimonios logramos como resultado un patrimonio cultural que puede ser material o inmaterial. 
Fueron Ana Lucia Mosquera –la paloma- y Julia Martínez quienes heredando de sus antepasados la tradición marcaron las pautas en la elaboración de unos comestibles autóctonos dejando un legado a familiares y coterráneos que hoy disfrutamos todos como buenos pueblerinos 
En el caso de Obdulia Tamayo Carvajal y de acuerdo a lo definido, digamos que su misión fue la conservación del patrimonio cultural inmaterial a través de los sabores culinarios. En ella, la sazón de los abuelos estuvo presente en nuestras memorias, ella nos recordaba los momentos gratos que compartimos con nuestra familia. De sus deliciosas recetas –producto de años de experiencia en la combinación de ingredientes y forma de hornear, cocinar, ahumar, freír, asar o guisar- resultaba el plato que nos gustaba disfrutar con nuestros amigos al compartir experiencias. 
De su compañero Antonio –El ñato González- descendiente de Las  Pepes –Georgina, Hersilia y Rosalía González- heredó las recetas para preparar el pandebono, el cuaresmero, el suspiro, la arepita, la empanada de cambray, el bizcochuelo  y los suspiros, esas delicias que hace mucho tiempo tenemos el privilegio de saborear no solo en Bugalagrande sino en todo el centro del Valle del Cauca, y, por qué no, en otras ciudades del país a donde llegan por encargos puntuales?.
A Obdulia Tamayo, debemos pues, el que nuestro patrimonio cultural inmaterial en una de sus expresiones, se conserve para bien de nuestra tradición e identidad como vallecaucanos y claro, como guabineros, nuestros valores ancestrales. 
Sus productos son unos de los atractivos que mostramos con orgullo a quienes nos visitan. 
Ella fue una mujer buena, laboriosa, de principios y valores que dio ejemplo de emprendimiento a las generaciones a través del tiempo. 

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