Redacción Sevilla
El Periódico
Al parecer la imprudencia de un taxista, fue la causa de la muerte de un joven ayudante de ebanistería, en la capital cafetera de Colombia.
Según informaciones de familiares de la víctima, el accidente se presentó el sábado pasado 8 de junio hacia las 10:15 de la noche, cuando Jairo Alonso Molina Dávila, de 19 años, se desplazaba en su bicicleta por la carrera 47 y al llegar a la calle 49 fue arrollado por un taxi de matrícula QOF 975 con numero interno 031, conducido por Dairo Hernán Osorio M., el cual omitió la señal de pare en esta intersección vial y arrolló aparatosamente al ciclista.
Con graves heridas en su cuerpo y la cabeza, fue trasladado al hospital departamental Centenario de Sevilla, donde después de un reconocimiento médico se determinó que el estado de salud del paciente era grave y se ordenó su remisión a un centro médico de más categoría, lo que se convirtió en una odisea para médicos y familiares que desesperadamente buscaban en la capital del Valle una clínica que lo aceptara, puesto que por ser un servicio prestado por el SOAT, varias clínicas se negaron a prestarle el servicio médico; así lo aseguró un allegado al joven. Después de varias llamadas fallidas, por fin se logró hacia las tres de la mañana del día domingo, trasladarlo a la clínica Valle del Lili, donde los galenos hacia las 8 de la mañana le determinaron muerte cerebral a Molina, quien permaneció con vida hasta el día lunes a la una y treinta minutos, cuando falleció debido a un trauma craneano.
El cadáver de Jairo permaneció en las instalaciones de medicina legal hasta el pasado miércoles, cuando bien entrada la tarde fue entregado a su madre que pasó por el doble dolor de perder a su hijo, y la penosa espera desde el lunes.
Jairo había nacido en Sevilla Valle el19 de noviembre del año 1993, era hijo de José Sebastián Molina y María Amparo Dávila; era el menor de cinco hermanos, se encontraba soltero y era ayudante de ebanistería. Su sepelio realizo en su ciudad natal el jueves a las dos de la tarde, después de una celebración religiosa en la capilla del Carmen.