
SEVILLA - Dos menores de edad residentes en la capital del Valle, pero oriundos del municipio de Sevilla, fueron asesinados en dos meses.
El primer caso que conmovió a la ciudadanía se presentó el 6 de junio, cuando descocidos dieron muerte a un niño de 12 años identificado como Diego Fernando Giraldo Granada, cuyo cuerpo fue hallado con varias heridas de arma cortopunzante, en un lote cercano al jarillón del rio Cauca. Según Luz María Giraldo, madre del menor, ese día salió de la casa sin avisarle y sólo volvió a saber de él cuándo las autoridades le dieron aviso sobre lo sucedido a las diez de la mañana.
En circunstancia similar fue muerto Franco Jonathan Ortiz Ospina, de 15 años, primo de Diego, cuando el pasado 03 de agosto fue hallado en un callejón del mismo barrio a unas diez cuadras de su casa ubicada en la calle 84 lote 9 del jarillón, con varias heridas de cuchillo que al parecer le habrían propinado en la noche anterior.
Diana Patricia Ospina, madre del joven, relató a nuestro corresponsal del Periódico: “esa noche como lo hacía todos los días salió de la casa un poco antes de las siete de la noche para ir a charlar con sus amiguitos con los que se encontraba aquí cerca de la casa, pero él nunca llegaba después de las ocho, por eso me preocupé cuando no llegó; pero esperé un poco más a ver si llegaba… a las once decidí salir acompañada por mi prima a buscar algún sitio para llamarlo, pero a esa hora no encontramos nada abierto, en el camino vimos dos policías motorizados y eso me dio mucha esperanza pues confiaba en que ellos me ayudarían. Al acercarnos les conté lo que me sucedía y les pedí que me dieran un minuto para llamar a mi hijito, pero la respuesta que me dieron fue que no tenían saldo y se marcharon dejándonos solas en la oscuridad de esos callejones que son tan peligrosos; por esa razón decidimos volvernos hasta la casa a eso de las cuatro de la mañana, donde esperábamos a que llegara el niño pero hacia las siete de la mañana nos avisaron que lo habían encontrado muerto”.
Al parecer la muerte de este adolescente se había producido minutos después de haber salido de la casa, basados en una extraña llamada que recibió su abuela Aidé Giraldo, hacia las 7:30 donde el joven gritaba “mami, mami”, como pidiendo auxilio, pero eso fue todo pues la allí terminó la comunicación.
Los cadáveres de los jóvenes fueron trasladados cada uno en su momento a Sevilla donde fueron sepultados.