Arenas era padre de tres hijos, uno de ellos, Joan Sebastián, sufre de una penosa enfermedad que a sus 13 años le impide vivir normalmente. Residía en el barrio Obrero junto a su esposa, madre e hijos. Siempre lo caracterizó su alegría, don de gente y ganas de salir adelante. Sus familiares quedaron extrañados por el crimen del hombre, a quien describieron como muy trabajador y responsable; según sus familiares no había manifestado ser víctima de amenazas.
Las autoridades iniciaron las investigaciones para esclarecer el caso.