El Periódico
Desde hacía unos veinte días, Carolina Marulanda Tamiza, de 25 años, había llegado procedente del municipio de Quinchía en Risaralda a Sevilla Valle, donde se instaló a vivir donde una hermana que reside en el barrio La Inmaculada, y pocos días después pudo emplearse en un bar ubicado en la calle conocida como La Pista, desde donde el pasado domingo en horas de la madrugada después de terminar su turno de trabajo, se dirigió en compañía de algunas personas hasta una casa de inquilinato que se encuentra ubicada a unos cuantos metros en diagonal al bar donde residía uno de los hombres; allí siguieron la celebración, hasta que se escucharon varias detonaciones que despertaron a los demás habitantes y algunos vecinos, quienes al ingresar se pudieron enterar que la mujer había sido asesinada por su acompañante de farra con el cual estaba compartiendo algunos tragos.
Los móviles que tuvo el hombre para asesinar a la joven mujer son materia de investigación para las autoridades.
La desafortunada mujer deja huérfanos tres hijos, que fueron acogidos por su padre.