El Periódico
Por considerar que no había condiciones de seguridad, la Juez Segunda de Menores de Buga, suspendió hasta nueva orden la audiencia que se iba a realizar el pasado martes para leer el sentido del fallo dentro del proceso que se adelanta en ese despacho en contra de uno de los presuntos responsables del asesinato de dos sacerdotes en el municipio de Roldanillo.
Según la abogada de las víctimas, Diana María Pinzón Arenas, la juez consideró que unas pancartas que algunos familiares del sacerdote Héctor Fabio Cabrera Morales, exhibían en la parte exterior de la sede judicial no garantizaban la integridad física y personal del menor, quien no fue trasladado al despacho al enterarse de esa manifestación.
De acuerdo con la jurista, este proceso ha sido muy largo y dispendioso, si se tiene en cuenta que el homicidio de los sacerdotes Bernardo Echeverry Chavarriaga, de 69 años y Héctor Fabio Cabrera Morales, de 27, se registró el 27 de septiembre de 2013 y hasta ahora no se conoce sentencia condenatoria contra los presuntos implicados.
“Nos parece un sin sentido que se continúe dilatando este proceso, pues las familias de las víctimas llevamos mucho tiempo esperando esa decisión”, indicó la abogada Pinzón Arenas.
En el mismo sentido se pronunció Dilia Morales, familiar de una de las víctimas, quien dijo que sólo espera que” Dios le dé luces y sabiduría a la Juez de Menores para que se haga justicia; sólo esperamos que se conozca toda la verdad y estos hechos no queden en la impunidad”.
Es de recordar que estas muertes violentas se perpetraron en la Casa Cural de la iglesia San Sebastián en el municipio de Roldanillo, hacia la medianoche de ese viernes 27 de septiembre, al parecer a manos de un hombre que estaba recién salido de la cárcel y un menor de 15 años adicto a las drogas
De acuerdo con la investigación que adelantó un grupo especial de la Dijín de la Policía que se trasladó a esa población del norte del Valle, todo apunta al robo de las pertenencias de los religiosos como el móvil del crimen.
Se cree que estas personas se escondieron en el templo al terminar la última misa del día.
El padre Bernardo Echeverry, oriundo de Medellín, había cumplido 69 años de edad, llevaba 43 años de ser ordenado sacerdote y estaba esperando su jubilación, la cual había dicho iba a disfrutar en Roldanillo, según explicó Beatriz Echeverry, una de sus ocho hermanos.
Por su parte, el padre Héctor Fabio Cabrera, de 27 años, llevaba sólo un año y medio de ser ordenado sacerdote por la Diócesis de Cartago y entre sus proyectos estaba irse para España a continuar estudios más especializados en teología, según explicó su tía Beatriz Eugenia Morales