Redacción Buga
El Periódico
Carlos Medina Jara, de 27 años de edad, quien se desempeñaba en oficios varios, el pasado domingo 5 de los corrientes, se encontraba en un establecimiento público de diversión, ubicado en inmediaciones al Parque Santa Bárbara, disfrutando de unos tragos con varios amigos; de un momento a otro se desmadejó y cayó al piso, por lo que se presumía que había sufrido un desmayo, puesto que en el sitio no se escuchó ningún ruido que indicara que había recibido un disparo. Pero esto fue lo que realmente sucedió, el hombre recibió un tiro en la cabeza; se presume que el arma con que le dispararon, tenía silenciador. Las personas allí presentes de inmediato trataron de auxiliar a Carlos, percatándose que de la cabeza le brotaba sangre, de inmediato dieron parte a la policía. Minutos más tarde, el hombre dejó de existir en este sitio.
El joven era natural del municipio de Tuluá – Valle de donde había llegado a instalarse en Buga desde hacía dos años.
Sus familiares indicaron que esta no era la primera vez que él sufría atentados de homicidio, en otras ocasiones le había sucedido lo mismo, logrando escapar a la muerte, que para esta ocasión, no le dio más tregua.
Era hijo del señor Aníbal Medina y Zoraida Jara, quienes agradecen las expresiones de solidaridad recibidas.
Este caso es motivo de investigación por parte de las autoridades de policía.
El Periódico
Carlos Medina Jara, de 27 años de edad, quien se desempeñaba en oficios varios, el pasado domingo 5 de los corrientes, se encontraba en un establecimiento público de diversión, ubicado en inmediaciones al Parque Santa Bárbara, disfrutando de unos tragos con varios amigos; de un momento a otro se desmadejó y cayó al piso, por lo que se presumía que había sufrido un desmayo, puesto que en el sitio no se escuchó ningún ruido que indicara que había recibido un disparo. Pero esto fue lo que realmente sucedió, el hombre recibió un tiro en la cabeza; se presume que el arma con que le dispararon, tenía silenciador. Las personas allí presentes de inmediato trataron de auxiliar a Carlos, percatándose que de la cabeza le brotaba sangre, de inmediato dieron parte a la policía. Minutos más tarde, el hombre dejó de existir en este sitio.
El joven era natural del municipio de Tuluá – Valle de donde había llegado a instalarse en Buga desde hacía dos años.
Sus familiares indicaron que esta no era la primera vez que él sufría atentados de homicidio, en otras ocasiones le había sucedido lo mismo, logrando escapar a la muerte, que para esta ocasión, no le dio más tregua.
Era hijo del señor Aníbal Medina y Zoraida Jara, quienes agradecen las expresiones de solidaridad recibidas.
Este caso es motivo de investigación por parte de las autoridades de policía.
