Redacción Tuluá
El Periódico
Como Luís Felipe Méndez Morales, de 19 años, fue identificada la víctima de los sicarios que desde la noche del pasado domingo 25 de julio se encontraba en la sede de Medicina Legal en Tuluá.
El joven, que se desempeñaba como constructor y que vivía en el barrio San Pedro Claver, había sido señalado inicialmente como un individuo de tez trigueña, 1.80 metros de estatura, rapado estilo militar, cejas pobladas y de contextura gruesa, que vestía un jean gris oscuro, camisa negra a rayas de manga larga, interiores de color azul y zapatos mocasín de color café, y se encontraba sin identificar en la morgue de medicina legal de Tuluá.
Según los familiares de Luis Felipe Méndez Morales, en la tarde del domingo, el muchacho había estado departiendo en el barrio con algunos amigos y luego les había manifestado que se iba a rumbear al municipio de Riofrío.
A partir de ese momento no se volvió a saber nada del infortunado hasta que un ciudadano alertó a las autoridades sobre un cuerpo que se hallaba tendido a un lado del callejón Mafalda.
Sólo a través de los noticieros locales los familiares de la víctima se enteraron de la suerte que había corrido Luis Felipe, a quien los delictivos llevaron hasta ese sitio y le propinaron cuatro disparos de pistola calibre nueve milímetros en el abdomen y en la cabeza.
El Periódico
Como Luís Felipe Méndez Morales, de 19 años, fue identificada la víctima de los sicarios que desde la noche del pasado domingo 25 de julio se encontraba en la sede de Medicina Legal en Tuluá.
El joven, que se desempeñaba como constructor y que vivía en el barrio San Pedro Claver, había sido señalado inicialmente como un individuo de tez trigueña, 1.80 metros de estatura, rapado estilo militar, cejas pobladas y de contextura gruesa, que vestía un jean gris oscuro, camisa negra a rayas de manga larga, interiores de color azul y zapatos mocasín de color café, y se encontraba sin identificar en la morgue de medicina legal de Tuluá.
Según los familiares de Luis Felipe Méndez Morales, en la tarde del domingo, el muchacho había estado departiendo en el barrio con algunos amigos y luego les había manifestado que se iba a rumbear al municipio de Riofrío.
A partir de ese momento no se volvió a saber nada del infortunado hasta que un ciudadano alertó a las autoridades sobre un cuerpo que se hallaba tendido a un lado del callejón Mafalda.
Sólo a través de los noticieros locales los familiares de la víctima se enteraron de la suerte que había corrido Luis Felipe, a quien los delictivos llevaron hasta ese sitio y le propinaron cuatro disparos de pistola calibre nueve milímetros en el abdomen y en la cabeza.