Redacción Sevilla
El Periódico
El pasado domingo, siendo las 4:30 de la tarde, las autoridades del municipio de Sevilla, fueron avisados sobre un doble homicidio ocurrido en la vereda El Venado, al llegar al sitio, se pudo establecer que dos hombres habían sido atacados por desconocidos que les propinaron varias heridas con armas blancas, hasta acabar con sus vidas. Una de las víctimas fue identificada como Carlos Vicente Mora Burbano, de 53 años de edad, de profesión agricultor y nacido en Guatarillo (Nariño), hijo de José Adán Mora y María Luisa Burbano, cuyo cadáver fue trasladado a Pasto para darle cristiana sepultura.
Sobre la identidad del otro cuerpo, solo se pudo establecer hasta el pasado miércoles 28 de julio, a través de un carnet del Sisben de la ciudad de Tuluá, su nombre: Gustavo Arroyave Castrillón. Algunos familiares se acercaron hasta la Funeraria San Martín de Sevilla, para identificarlo plenamente, siendo trasladado a Tuluá, donde reside su señora madre, para darle sepultura.
Según versiones, se estableció que Gustavo era andariego y que trabajaba de finca en finca en la recolección de los productos.
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El pasado domingo, siendo las 4:30 de la tarde, las autoridades del municipio de Sevilla, fueron avisados sobre un doble homicidio ocurrido en la vereda El Venado, al llegar al sitio, se pudo establecer que dos hombres habían sido atacados por desconocidos que les propinaron varias heridas con armas blancas, hasta acabar con sus vidas. Una de las víctimas fue identificada como Carlos Vicente Mora Burbano, de 53 años de edad, de profesión agricultor y nacido en Guatarillo (Nariño), hijo de José Adán Mora y María Luisa Burbano, cuyo cadáver fue trasladado a Pasto para darle cristiana sepultura.
Sobre la identidad del otro cuerpo, solo se pudo establecer hasta el pasado miércoles 28 de julio, a través de un carnet del Sisben de la ciudad de Tuluá, su nombre: Gustavo Arroyave Castrillón. Algunos familiares se acercaron hasta la Funeraria San Martín de Sevilla, para identificarlo plenamente, siendo trasladado a Tuluá, donde reside su señora madre, para darle sepultura.
Según versiones, se estableció que Gustavo era andariego y que trabajaba de finca en finca en la recolección de los productos.