
Después de una extenuante labor de investigación realizada por los funcionarios de la Oficina de Desaparecidos, en conjunto con Medicina Legal de Buga, se logró la plena identificación del hombre, el día 25 de agosto de 2009, pues por la forma en que había quedado el cuerpo al ser arroyado, sus rasgos físicos y morfológicos, se habían distorsionado totalmente; por lo cual, mediante la comparación de prendas y huellas dactilares, se logró la identificación plena de la víctima de este accidente.