Redacción Obando
El Periódico
Un piloto de fumigación aérea, identificado como Carlos Barreto, sufrió un grave accidente, cuando realizaba un vuelo sobre un cañal en Obando-Valle, con su ultraliviano, registrado con matrícula HJ-092. El vehículo se enredó en las cuerdas del fluido eléctrico, lo que provocó su caida, incendiándose y falleciendo su conductor de 73 años, quien residía en la Unión, pero era originario de Bogotá. Su cadáver fue trasladado a la morgue de Cartago y de allí entregado a sus familiares para darle cristiana sepultura en su tierra natal.
El señor Barreto era muy conocido en el Norte del Valle, pues prestó sus servicios de fumigación aérea en muchas fincas y en diferentes cultivos en este sector valluno. El accidente se presentó a las nueve de la mañana del martes 13 de octubre de 2009.
El Periódico
Un piloto de fumigación aérea, identificado como Carlos Barreto, sufrió un grave accidente, cuando realizaba un vuelo sobre un cañal en Obando-Valle, con su ultraliviano, registrado con matrícula HJ-092. El vehículo se enredó en las cuerdas del fluido eléctrico, lo que provocó su caida, incendiándose y falleciendo su conductor de 73 años, quien residía en la Unión, pero era originario de Bogotá. Su cadáver fue trasladado a la morgue de Cartago y de allí entregado a sus familiares para darle cristiana sepultura en su tierra natal.
El señor Barreto era muy conocido en el Norte del Valle, pues prestó sus servicios de fumigación aérea en muchas fincas y en diferentes cultivos en este sector valluno. El accidente se presentó a las nueve de la mañana del martes 13 de octubre de 2009.